De la no maternidad a la familia numerosa

Se dice que la inserción de las mujeres en la vida pública ha derivado en que disminuya la tasa de natalidad. Así se intenta explicar por qué las sociedades llamadas desarrolladas exhiben hoy cifras de hijos por mujer menores que cuando estas se dedicaban meramente a estar en casa, incluida Cuba que, más allá del PIB, en dichas cuestiones muestra comportamientos similares.

Sin embargo, quizás sea lo anterior no solo un resultado de la incorporación de las mujeres al trabajo remunerado, sino también una cuestión de elección propia. Si miro alrededor, mis amigas cubanas que no gozan de un empleo remunerado –poquísimas, por cierto- no han tenido tampoco un mayor número de hijos.

Lo cierto es que hay tantas razones, privadas, económicas, de salud, políticas, etc., para tener descendientes como para no tenerlos, y me quiero referir específicamente, a partir de una discusión que sostuve hace poco en las redes…

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