15 de julio: vuelo de vuelta a La Habana
No más metros, ómnibus y trenes frecuentes, en hora
No más wifi en las cafeterías
No más youtube para dormirme (a falta de la carne)
No más comida encargada por teléfono
No más llamadas y MSM sin preocupación
No más Googlemaps para encontrar el camino
No más dudas sobre el idioma para saludar
No más añoranzas por mi familia
No más Facebook
Tuve seis semanas de eso y mucho más. Lo único que quiero -aunque se que es imposible- es llevarme toda esta riqueza a casa, no ser una privilegiada. Y compartir, con quienes cuidaron de mi acá, las riqueazas que aún atesoramos en Cuba.
No puede ser. Solo puedo llevarme a mi misma, algunos libros, un jean de 5 usd y un pantalón de vestir de 10 que compré en Queens.
La Habana me llama de vuelta:
De vuelta a la intranet
De vuelta a publicar a ciegas
De vuelta a los 100 Tuits al mes
De vuelta a las guaguas y la paciencia
De vuelta al calor húmedo y oloroso
De vuelta a los brazos de mi pareja, la risa de mi hijo y las reconvenciones de mi madre
De vuelta al mar, las calles rotas, los uniformes mal usados, el reguetón, la libreta
De vuelta a Telesur, Multivisión y Canal Habana
De vuelta a las series y pelis vía USB
De vuelta a donde se escribir, a donde soy más útil, a donde elegí estar
¡Deseénme suerte!