Del VI Congreso solo pude ver el Informe de Raúl, los resúmenes de los trabajos por comisiones que transmitió la TV -espúreos por concepto, yo no quiero que nadie seleccione por mi lo que me interesa de los debates de MI futuro-, no los pude seguir por que la vida cotidiana es así… no se para por el Congreso.
Los resultados que filtró la prensa no han sido demasiado radicales, y la integración del Comité Central, cuya renovación es relativa, no permite avisorar emociones repentinas por ahora. Excepto de la mano de Gladys Bejerano Portela, la Contralora General de la Contraloría General de la República de Cuba, que seguirá tumbando cabezas corruptas sin que nos enteremos por la prensa nacional.
El discurso, los llamados de Raúl, están muy bien en eso de que estamos en guerra contra el cáncer interno de la ineficiencia, pero fallan por concepto al pretender que quienes medran de nuestra pobreza hipernormada matarán a la gallina de los huevos de oro. Raúl, con lógica corte estado-céntrica y levemente autoritaria, apela a la fuerza del brazo del Estado para corregir el rumbo de la nación, pero ese brazo está a la derecha: ya no es suyo. Suyo es el otro brazo, el de proletari@s manuales e intelectuales víctimas diarias de a burocracía, ese pueblo sigue siendo objeto, no sujeto del cambio que se desea. ¿Pruebas de que somos objetos?
¿Cuándo sabremos quién escribió esos Lineamientos que se discutieron en la base? ¿Por qué no supimos que la segunda versión era presentada a los delegados de cada provincia hasta ahora? ¿Dónde están para leer las versiones dos y tres (la final) de los Lineamientos? ¿Cuál es el perfil final de ese millar de delegados -edad, raza, sexo, formación profesional, ocupación? ¿Quién y bajo qué criterios seleccionó a los invitados? ¿Dónde están para leer los dictámenes finales de las Comisiones de Trabajo? ¿Van a detenerse los Decretos Leyes que ya implementan parte de la política anunciada en los discursos del presidente hasta que la Asamblea Nacional procese los Lineamientos? Si alguien me dice que algunos de esos documentos son «asuntos internos del PCC», yo respondo «Entonces el PCC no puede arrogarse el título de Vanguardia Política, ni imponer a la Asamblea Nacional su agenda. El PCC es presenta como lo mejor de la nación, pero no puede seguir escondiendo la bola cuando toda la nación está al borde del abismo».
En fin, que los llamados a reforzar la institucionalidad y la transparencia, a hacer y publicar una prensa revolucionaria, los creeré cuando amanezca un titular de Granma como «Arrestan a X, dirigente provincial de Y, por corrupción. Golpe de la Contraloría a la contrarrevolución interna». Ese día, yo y la mayor parte de los que estamos en el lado izquierdo de la nación, el más fuerte por cierto, porque se alimenta a si mismo y a toda la casta de parásitos que debemos barrer, romperemos la inercia. Pero ese es solo el primer paso.
Mientras tanto, seguiré esperando la nueva versión de la libreta.