Boris, amigo de la Lenin, el Centro Onelio, CubaLiteraria y demasiadas cosas, ha seguido actualizando su blog Habana 713 a través de las ráfagas de Gustav y Ike. Sus testimonios real-poéticos, me dicen algo de la angustia, del daño, de la perseverancia cubana (caribeña) que este 2008 no puedo compartir con mi familia.
Él sabe que sus mensajes son botellas al mar y sus réplicas digitales señales de vida que los lejanos atesoramos. A veces le contesto. Es una extraña conversación la que sostengo con Boris, como las cartas enviadas hacia el corazón de la tormenta, no dan más consuelo que la voluntad expresada en su redacción, no tengo la certeza de que serán leídas, al menos hasta que Ike deje un poco más de tiempo a la dura aventura de preservar el techo.
La angustia no termina con la marcha de Ike, quedan dos meses más de temporada, demasiadas heridas en la tierra y las personas. Deseo regresar, pero aún falta un poco para que FLACSO me libere. Mientras, esta conversación fragmentaria me alivia.
1 de septiembre: El huracán Gustav
3 de septiembre: Lo invisible destructor
5 de septiembre: Urgence solidarité ouragan Gustav
7 de septiembre: El huracán Ike
Coup d’ouragan
8 de septiembre: Ike toca tierra cubana
Ike, un gran mosntruo azul
9 de septiembre: Ike se rapproche
Artículo 100, en primera plana
9 de septiembre: Les premiers dégâts d’Ike dans mon quartier
10 de septiembre: Ike quitte Cuba
No tener nada, perderlo todo
10 de septiembre: Ike aún sobre La Habana
11 de septiembre: Apagón
Las noticias son alentadoras en particular (nadie de la familia está herido) pero desastrosas para la Isla (183 millones en pérdidas materiales hasta ahora). No se cuándo regresará la electricidad a varias zonas de La Habana, tras la partirda de Ike y antes del arribo de su sucesor o sucesora.
Sigo esperando las botellas desde la ventana que da al Pichincha.
Yasmín:>La Habana nos ha cuidado. San Cristóbal, o nuestra Virgen de Regla, Yemayá furiosa, pero maternal… aún no comprendo mucho estas dualidades divinas. Por qué nuestra madre oceánica no nos defiende del mar, de su ira. Acaso el dios taíno puede más que la madre de los orishas ?>Regreso al cibermundo, donde los ciclones son breves interrupciones, sin derrumbes. >Gracias por los mensajes, ¡en español! (que suenan más cercanos, siempre) >Continuamos dialogando.
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