Hoy estaba conversando con un joven de mi edad y me decía que Fresa y Chocolate no lo había impactado. Que no le veía lo que todos le elogiaban. Para él, la película no era nada especial. Pero hace 30 años, en un cine de La Habana la gente rompió cristales y casi hay estampidas para poder verla, porque todos creían que aquella obra de arte solo se pondría una vez y luego se censuraría para siempre. Hace 30 años, en Cuba, un abrazo, un simple abrazo, hizo llorar corazones de hierro.
Una sorpresa total. Colocó la homosexualidad (masculina. La femenina creo que no existe🤔) sobre el tapete. Fue un síntoma de lo que había pasado en el país y de los cambios, no todos negativos, que estábamos experimentando. Fue un orgullo, porque la nominaron a los Óscar. Recordar que en 1994 estábamos en el año más duro del periodo…
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