Me repetí esos argumentos como tres veces para poder levantarme a las 4 30 a.m. y empezar la aventura. Cargué una botella de agua con miel, un huevo hervido, un abanico, me vestí de azul y crucé el umbral de mi casa.
Todo lo miraba con ojos asombrados, porque la última vez que fui a una marcha fue entre 1999 y 2000, cuando protestábamos todas las tardes frente a la SINA, hasta que los yanquis soltaron a Elian, de modo que Roge y yo pudimos tener citas más tradicionales.
La calle estaba oscura, pero otras personas caminaban junto a mi hacia la caravana de guaguas ya dispuestas a las 5 20 a.m. Cuando nos incorporamos al tráfico, descubrí, asombrada, que había congestión en las avenidas 31, Línea y 12. A la altura de 12 y 21 (Vedado), la congestión era tremenda porque la policía estaba desviando el tráfico desde 23, ante la perspectiva de quedarnos en el atasco, un hombre pidió al chofer que abriera las puertas y varias personas nos bajamos.
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Paquito y su hijo Javier |
Llegué sin problemas al CENESEX tras hacer zigzag entre las guaguas y los carros en la oscura madrugada. Eran las 6 a.m. y ya parte del equipo de activistas estaba haciéndose fotos. Allí me encontré a Paquito el de Cuba, que como es miembro de Hombres por la Diversidad (HxD) decidió que era más divertido desfilar en plan activista que por su sindicato. Le acompañaba su hijo, que ya se ha acostumbrado a celebrar de este modo “colectivo” su cumpleaño. Hablamos de filmes de horror, la obsesión de turno del chico, hasta las 6 30 a.m.
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Del CENESEX hacia la marcha |
La caminata de la sede del CENESEX al punto de reunión fue ligera, con altos para tomar café y sin parar en mi asombro: ¡cuanta gente!
El amanecer llegó cuando ya nos besábamos en 27 y Paseo. Se fueron sumando integrantes de OREMI, HxD, emplead@s del CENESEX y amistades o familiares del equipo. También me crucé con colegas que iban a incorporarse a otros grupos.
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Amanecer en Paseo y 27 |
Mientras escuchaba la arenga preparatoria que transmitió Radio Rebelde -como es costumbre- me sorprendió varias veces cómo la gente que escribe esos guiones imagina a la sociedad. La perla que alcancé a transcribir es súper-elocuente: “miles de jóvenes acompañarán a la clase obrera”. Además de la indigencia que revela la frase en cuanto a conocimientos de socio-política, pasma que la idea de “acompañar” fuera compartida con la “joven líder” a la que entrevistaron a propósito. Como dijo Luis Rondón en su propia crónica del evento, esto es “una falta de respeto a mi generación, como si yo, que trabajo desde que tengo 18 años de edad, no perteneciera a la clase obrera”. ¿Qué somos los menores de 32 años en este país? ¿Parásitos?
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Esta joven pareja iba en busca del bloque UNEAC |
Bueno, a eso de las 8 a.m. nos organizamos con las banderas nacional y del movimiento para subir por Paseo y ocupar nuestro puesto entre los bloques del desfile. En ese momento, hubo una encrucijada: Mariela Castro, la directora, no había llegado y tendríamos que marchar sin ella. No se qué pensaron las otras personas, a mi me pareció una tremenda oportunidad para reafirmar la autonomía del activismo LGBT, y a la vez que triste, porque Mariela ha puesto la cara por desnudar esta injusticia disfrazada de “moralidad”. Como dice mi mamá, tiene más mérito porque es hetero y porque, con esos apellidos, podría estar haciendo lo que le diera la gana.
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List@s para el desfile, pero sin Mariela |
De todos modos, la cosa era tan trepidante que no tuve mucho tiempo para pensarlo. En la medida que subía la colina, la densidad de personas aumentaba. Mucha gente, al igual que nosotros, hacía fotos de la multitud y de sus amistades. Entonces sonó el celular de Camilo: Mariela decía que la disculpasen por la demora y pedía que la esperásemos un poquito. Frenamos en Paseo y Zapata, justo delante del bloque de Aeronáutica Civil. Allí Wendy tuvo que usar sus encantos -en el más clásico estilo seductor patriarcal- con el “seguroso” que vigilaba el flujo de personas y quería obligarnos a seguir. Mientras esperábamos a nuestra “Jefa”, pasó a ocupar su puesto mi bloque favorito del gobierno: la Contraloría General de la República.
¡Por fin llegó Mariela! Besuqueo a montón y a caminar, para coger buen sitio antes de que empiece la marcha. Quedamos detrás del Sindicato de Trabajadores Civiles de las FAR y a la izquierda de unas turcas a las que supuse comunistas, ellas nos sonrieron y fotografiaron con entusiasmo.
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¡Llegó Mariela! |
Al acercarnos a la tribuna, hicimos ondear la bandera sobre nuestras cabezas, y Luis -que no alcanzaba ni un cachito para agitar, tomó la una bandera arcoiris pequeñita de Wendy y la levantó, marcando el extremo del bloque.
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Frente a la Tribuna presidencial |
Así pude tomar la mejor foto del día.
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La bandera arcoíris ante el Monumento a José Martí |
Espero que el 26 de Julio de 2011 mejoremos en dos acápites: 1) participación de activistas, lo cual debe basarse en un trabajo de promoción amplio y transparente, 2) reconocimiento público, eso se traduce en el equipo de locución que narra el desfile debe decir el nombre completo de nuestra institución, no usar circunloquios sobre “institución científica de grandes aportes a la población” ¿qué coño somos, el CIREN?
Y se acabó la actividad.
¡¡¡Y las fotos!!! Queremos imágenes… Le diré a Javier que escribiste sobre él. Besos.
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