Me metí en el sitio Revolico.com y miré las ofertas de coches de bebé. Había solo dos al alcance de mi bolsillo y ambas en Playa, con la diferencia de que uno de los teléfonos me daba «no está asignado a ningún cliente». Bueno, que al cabo ganaron el primer round Jorge & Sahily.
Cuando vimos el aparato Beatriz (mi suegra) opinó: 1) que eso no era un coche sino un lunajod, 2) que no dudáramos en cargar con él, porque yo voy a estar todo el fin de semana en Regla y capaz que se lo lleven en el interín. Así que regresamos con el cochecito azul oscuro (muy industrialista, pero no tanto como para ser obvios) en el maletero, haciendo bromas sobre su resistencia y demás.
Imagínate si es ancho que hay que abrir las dos hojas de la puerta de entrada y cabe justo por el pasillo y la puerta de nuestro cuarto. Es una maravilla y claro que se queda el nombre de “Lunajod” por tres razones: 1) es tan complicado como una nave espacial, 2) toda la familia anda por las nubes con Auril y 3) las calles de La Habana bien parecen un paisaje lunar en “numerosos” pedazos.
La contemplación, por supuesto, llevó a comparar con los coches de cuando nacimos (1979-1982). Eran mucho más pequeños, de vinil, con barras metálicas, mi suegra está segura de que los costos no debían sobrepasar el equivalente a 10 cuc de hoy. «Con lo caros que salen los niños» ha dicho «no me extraña que disminuya la natalidad.»
Y tiene razón, pero eso no me quita la felicidad.
jajajaja,
esta bueno eso del lunajod!
Lo unico que falta es que se mueva por SMS!!!
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JAJAJ
hablando de revolico, una amiga me enseñó esa p`´agina y me partí de la risa porque estaban vendiendo una bóveda en el cementerio..
Tendrá el muerto dentro?
Ya te imagino por la calle Obispo Arriba Obispo Abajo con el coche!
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